Mito número 1: Sólo los sentimientos de la futura mamá son importantes
El maravilloso cuerpo de tu compañera cambia durante el embarazo y la atención que se presta al proceso del nacimiento nos haría pensar que sus sentimientos son lo único que cuenta. Tu preocupación por la salud física y mental de ella es importante ahora y durante el período posparto, pero también lo son tus sentimientos.Es sencillo para el futuro papá hablar con entusiasmo sobre los aspectos positivos de la paternidad. Mucho más difícil es expresar los igualmente importantes e inevitables sentimientos de miedo y aprensión. ¿Me desmayaré durante el parto? ¿Habrá complicaciones médicas? ¿Cómo cambiará nuestra relación? ¿Podré dedicarme a mi profesión y ser el padre que quiero ser?
Tu compañera necesita que le cuentes cuáles son tus sentimientos y tú necesitas expresarlos. Muchos hombres se callan sus miedos acerca del embarazo y la paternidad porque no quieren agregar más problemas a sus parejas. No tengas miedo de causarle preocupaciones. La mayoría de las mujeres ansían tener este tipo de interacción, y saben que convertirse en padre conlleva desafíos. Compartir tus miedos con tu esposa o pareja los hará sentirse más unidos.
También puedes hablar con otros futuros padres, leer un buen libro acerca de la paternidad y buscar apoyo en clases o grupos para padres. Date permiso para expresar tanto tus sentimientos de vulnerabilidad como de alegría. Al expresar tus preocupaciones durante el embarazo y los primeros momentos de tu paternidad, desafiarás el mito de que sólo los sentimientos de tu pareja son importantes y sentarás las bases para ser un papá más activo.
Mito número 2: Los recién nacidos no necesitan del papá
La intensa conexión entre tu pareja y tu bebé especialmente si está dándole el pecho puede hacerte dudar que tu pequeño realmente te necesita. Quédate tranquilo porque sí que te necesita. Eres una persona importante en su vida, y estar contigo le resulta reconfortante y tranquilizador. Para establecer vínculos con tu bebé, álzalo, mécelo y arrúllalo, pero espera hasta que termine de comer, para captar toda su atención. Estar con él cuando termina de comer también le da a tu pareja la oportunidad de recuperar energía después de haberle dado pecho.Puedes ayudar a alimentar a tu bebé si tu pareja se saca leche y la pone en un biberón. Y puedes ayudar a tu bebé de forma indirecta al ayudar a tu pareja con las tareas del hogar. Aliviar su trabajo significa cuidarla y permitirle compartir más tiempo tranquila con el bebé. Recuerda, tú eres importante para toda familia.
Mito número 3: Los hombres no saben cómo cuidar a un bebé
Esta es una gran mentira que impide que los papás formen una relación estrecha con sus bebés y causa innecesaria ansiedad en las nuevas madres, que temen que los hombres no sean capaces de cuidar a los recién nacidos. Incluso el finado doctor Spock, pediatra y autor de varios bestsellers, advertía en su primer libro que los hombres tienen cierta "torpeza" para el cuidado de los bebés, pero cambió de opinión en los libros que siguieron. Tú también deberías hacerlo. Ahora sabemos que un papá puede ser la persona que se encargue del bebé la mayor parte del tiempo, como sucede en algunas familias donde optan por ese arreglo. Se aprende a ser padre sobre la marcha y esto vale tanto para los papás como para las mamás. Si le dedicas tiempo a tu bebé, aprenderás a detectar cuáles son sus necesidades. Para asegurarte de que así sea, pídele a tu pareja que salga de la habitación de vez en cuando o elige una tarea propia del cuidado de tu bebé para que sea tu exclusiva responsabilidad. Hazle ver a tu pareja que eres capaz de cuidarlo.Mito número 4: Los hombres que se dedican a los hijos no triunfan en el mundo del trabajo
A los hombres se los educa para hacer del trabajo la principal fuente de valoración y autoestima. El mensaje subliminal de la sociedad es que los hombres que hacen sacrificios y eligen a la familia por encima del crecimiento profesional lo hacen porque no pueden triunfar en el plano laboral. Pero estamos comenzando a ver un cambio radical en las normas culturales. Cada vez más hombres encuentran la paternidad gratificante, y eso está mejorando el estatus de los padres. Algunos hombres están cambiando el avance profesional por tiempo con la familia porque valoran la satisfacción que encuentran en la paternidad, y no porque no sepan abrirse camino en el mercado laboral. Cada vez más hombres sienten que ser buenos padres es un logro significativo en su vida y eligen hacer de ello su prioridad porque así lo desean.Mito número 5: Estás destinado a ser igual a tu padre
Tu padre cobrará un nuevo significado cuando te conviertas en papá. Es natural reflexionar acerca de la historia propia y pensar que, para bien o para mal, uno seguirá los pasos de su padre. Pero no es necesario que tu padre sea el modelo primario que elijas seguir. Él es simplemente uno de los factores que influirán en qué tipo de papá vas a ser. Considera todas las demás personas que te han guiado a lo largo de tu vida, incluyendo maestros, entrenadores, amigos, tíos, hermanos y, a partir de ahí, elabora tu propia identidad como papá.En mis investigaciones en todo el mundo, nunca he visto que exista un modelo único de padre. Las distintas culturas varían en su idea de lo que es la paternidad. De hecho, en algunas culturas africanas, "padre" es un grupo de hombres, no una sola persona. En cada cultura, la paternidad significa algo distinto. Para nuestros papás, ser un buen padre consistía en proveer a la familia de techo, comida y educación. Probablemente no pasaban con nosotros tanto tiempo como a nosotros nos gustaría pasar con nuestros hijos. Pero hacían lo que pensaban que era mejor para nosotros, dadas las exigencias sociales y familiares de la época.
Tú también debes elegir lo que es mejor para tu familia. Trata de ver la paternidad como un rol en el que mejoras a medida que exploras las posibilidades. Puedes tomar las experiencias positivas de tu historia familiar y enriquecerlas de formas que tu padre jamás hubiera imaginado.
Cómo desafiar los cinco mitos de la paternidad
1. Tómate tu tiempo para reflexionar sobre cómo te está afectando el hecho de ser o convertirte en papá. Comparte tus sentimientos con tu pareja y con otros nuevos y futuros papás.2. Alza en brazos, mece y háblale a tu recién nacido desde el primer momento.
3. Aprende cómo cambiar pañales, bañar al bebé, alimentarlo y ser parte de su vida diaria.
4. Considera qué concesiones laborales estás dispuesto a hacer para poder dedicarte a tu niño. Éste es un experimento que lleva tiempo.
5. Toma las características que más te hayan gustado de tu padre, maestros, entrenadores, amigos y familiares para crear tu propia identidad como papá. Cualquiera que haya sido parte de tu educación puede ser un buen modelo.
PAPÁ....
LO QUE DEBES SABER SOBRE LAS RELACIONES SEXUALES DESPUES DEL PARTO
¿Cuánto tiempo tenemos que esperar para volver a tener relaciones sexuales?
Los médicos y las comadronas recomiendan esperar de cuatro a seis semanas después del nacimiento del bebé para reanudar las relaciones sexuales con penetración. El útero y el cuello uterino necesitan tiempo para recuperarse después del parto. Durante esta fase de recuperación, el recubrimiento del útero, en especial el lugar donde se encontraba adherida la placenta, es susceptible a infecciones. Las relaciones sexuales, los tampones, y todo lo que se coloque en la vagina pueden introducir bacterias y generar una infección. El flujo de loquios o sangrado, que es una señal de que el recubrimiento se está recuperando, suele durar de tres a ocho semanas. Cuando el flujo de loquios ya no es rojo oscuro, la recuperación es casi completa, y probablemente sea seguro volver a tener relaciones sexuales. Sin embargo, si tu pareja se está recuperando de una episiotomía o un desgarro vaginal, posiblemente tengas que esperar más. Durante la primera visita posparto, (que suele ser entre cuatro y seis semanas después del parto) les dirán si pueden tener relaciones sexuales.Pero el hecho de que la penetración quede descartada durante esas primeras semanas no significa que deban abandonar sus relaciones íntimas. El sexo oral y otras formas de actividad sexual, como la masturbación, son seguros a los pocos días después del parto. Si tu pareja tiene puntos en el área vaginal debido a una episiotomía o un desgarro, asegúrate de evitar el contacto con esa zona a fin de no interferir con su recuperación. Limita la estimulación oral o manual al área del clítoris, para evitar que las bacterias de tu boca aumenten el riesgo de infección en la vagina.
Incluso si no están listos para la actividad sexual, mantener la conexión física mediante abrazos, besos, masajes, o tan solo dándose la mano, les ayudará a sentirse cerca.
Nos han dado luz verde para tener relaciones sexuales, pero mi esposa parece no tener ganas. ¿Estoy haciendo algo mal?
Del dicho al hecho hay un trecho, como dice el refrán. Aunque hayan pasado seis semanas desde el parto, y aunque le hayan dicho a tu pareja que puede volver a tener relaciones sexuales, es posible que no esté lista. Puede tener miedo a sentir dolor, puede necesitar más tiempo emocionalmente, y es posible que simplemente esté demasiado cansada. Lo mejor que puedes hacer es darle espacio, mucho afecto, y no presionarla.Ponte en su lugar: es posible que apenas haya recuperado las fuerzas después de dar a luz, y ahora quiera darle toda la energía que tiene al bebé. Si está amamantando, su cuerpo enfrenta una constante demanda, e incluso aunque no esté amamantando, cuidar a un recién nacido es una exigencia física intensa. Finalmente, no olvides que durante el milagro reciente del nacimiento del bebé, tu pareja pasó varias horas con las áreas más privadas de su cuerpo a la vista de un cuarto lleno de enfermeras, comadronas y médicos.
"Después de dar a luz, una mujer puede sentir que su cuerpo no es suyo, y es posible que desee reestablecer algunos límites", dice Judith Steinhart, terapeuta sexual certificada. "El sexo puede parecer una obligación más de satisfacer las necesidades de otra persona ".
Tu pareja se está adaptando poco a poco a un papel completamente nuevo, y es posible que le quede poca energía para el amor físico. Pero eso no significa que te ame menos. De hecho, muchas parejas encuentran el período posterior al nacimiento de un hijo muy romántico, aún cuando no sea demasiado sexual.
¿Cómo puedo despertar el deseo en mi esposa?
No hay mejor táctica que cortejarla: necesitas enamorar a tu esposa casi como si estuvieran de novios nuevamente. En cierto sentido, ella no es la misma persona que llevaste al hospital un mes o dos atrás. Aún es tu esposa, pero ahora también es madre. Y si bien ambos se aman, los dos están atravesando por el proceso de enamorarse de esa personita totalmente nueva que crearon juntos.Esto puede incluir momentos desconcertantes, encantadores y extenuantes para ambos. Por una parte las hormonas y el cuerpo de tu pareja están pasando por experiencias completamente nuevas, por otra parte ambos se están acostumbrando a dormir poco y a las alegrías y las tensiones que trae consigo el nuevo integrante de la familia.
De modo que si estás listo para una relación íntima y ella no, el cortejo es clave. Mantén las cosas simples. Comienza con abrazos, ya que es posible que esto sea lo único para lo que ambos tengan energías. Recuérdale que ella te resulta atractiva, y hazla sentir mujer, no sólo mamá. Es posible que lleve tiempo volver a la normalidad, pero el sexo formará parte de sus vidas nuevamente. De veras.
Estamos listos para la gran noche. ¿Hay algo que deba saber?
Recuerda que es mejor tomarse las cosas con calma, encontrar una posición cómoda, y dejar que tu pareja controle el ritmo. Es posible que a ella todavía le duela, o que tenga miedo de sentir dolor. Y no te olvides de la estimulación previa: no sólo es divertida, sino que además mejora la lubricación. Las mujeres después del parto tienden a estar algo secas durante las relaciones sexuales, más aún si están amamantando al bebé. De modo que no supongas que no tiene ganas; usa algún lubricante, como K-Y Jelly o Astroglide para aliviar toda incomodidad o malestar.
Otra cosa más: prepárense para que el bebé interrumpa sus primeras incursiones en la intimidad sexual. Ya sea a la hora de la siesta o a media noche, asuman que el bebé se despertará llorando exactamente en el momento menos adecuado. Pero no permitan que esto les impida buscar otro momento para hacer el amor. Bienvenidos al mundo de la paternidad.
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