Mamí despues del parto...
Si amo a mi bebé, ¿por qué me siento así?
Acabas de traer al mundo a un hermoso bebé y todo el mundo está encantado. Todo el mundo... excepto tú. Si se supone que ésta debe ser la etapa más linda de tu vida, ¿por qué tú no te sientes feliz?
En primer lugar, piensa que no estás sola. Esto les ocurre a muchas mujeres. Por un lado es normal que te sientas emocionalmente vulnerable después de tener un bebé. Hasta un 80 por ciento de las nuevas mamás experimentan lo que se conoce como la tristeza de después del parto (baby blues en inglés), una reacción emocional que comienza entre unos días y una semana después de tener al bebé, y que no debe durar más de dos semanas.
Si te sucede a ti, es posible que te sientas nerviosa, con ansiedad, con ganas de llorar o que no puedas dormir. También te puedes sentir irritable y con cambios de humor.
Generalmente las nuevas mamás se sienten mucho mejor después de descansar un poco, especialmente si reciben algo de ayuda con el bebé. Pero si tu tristeza, o la de alguien a quien conoces, se prolonga por más de dos semanas, continúa leyendo.
¿Puedo estar sufriendo una depresión posparto?
Si estás preocupada, porque piensas que padeces de depresión posparto, habla con tu médico. Él/ella te podrá diagnosticar los síntomas y referirte a un especialista si es necesario. Alrededor del 10 al 15 por ciento de las nuevas mamás experimentan depresión clínica, trastorno obsesivo-compulsivo o ansiedad.
Si crees que puedes lastimarte a ti misma o a tu bebé o que no lo puedes cuidar de forma adecuada, busca ayuda profesional de inmediato.
¿Qué es la depresión posparto?
La depresión posparto puede surgir en cualquier momento durante los dos primeros meses después de tener al bebé.
Los síntomas de la depresión posparto incluyen:
• Dificultad para dormir.
• Llanto o tristeza.
• Enojo.
• Pérdida de interés en actividades que antes resultaban agradables.
• Dificultad para concentrarse.
• Cambio en el apetito o hábitos alimenticios.
• Ansiedad y preocupación.
• Mal humor e irritabilidad.
• Dolores de cabeza, estómago, músculos y espalda.
• Sentimientos negativos. Sentirse triste, sin esperanzas y con culpa excesiva.
• Cansancio o fatiga.
¿Qué es lo que causa la depresión posparto?
Los expertos están de acuerdo en que no hay una sola causa, sino una combinación de factores bioquímicos, medioambientales, psicológicos y genéticos. Investigaciones recientes indican que el haber sufrido ansiedad o depresión durante el embarazo, es uno de los factores de riesgo más importantes.
¿Quiénes corren más riesgo de desarrollar depresión posparto?
Algunas mujeres tienen más posibilidades que otras de desarrollar depresión posparto.
Los factores de riesgo más importantes son:
• Crisis frecuentes de ansiedad o depresión durante el embarazo, particularmente durante el tercer trimestre.
• Haber sufrido de depresión o ansiedad previamente.
• Historial de depresión o ansiedad en la familia.
• Estrés causado por el cuidado infantil.
• Falta de apoyo social.
• Dificultades en el matrimonio.
• Estrés por eventos externos como problemas financieros o la pérdida de un trabajo.
• Cuidar a un niño con un temperamento difícil.
• Una baja autoestima.
QUE HAGO CON MIS ESTRIAS?Tus estrías se notarán cada vez menos después de dar a luz. Pero si han pasado algunos meses y te parece que aún se notan demasiado, puedes consultar a un dermatólogo para recibir tratamiento, aunque la mayoría de los métodos que existen en la actualidad sólo han demostrado tener una eficacia moderada. Pero el especialista podría hacer algo para que sean menos visibles.
Si no estás amamantando, el dermatólogo puede recetarte crema de isotretinoina (normalmente conocida por el nombre comercial Retin-A), sola o junto con otras cremas. Algunos estudios han demostrado que la aplicación de una crema con 0,1 por ciento de isotretinoina puede ayudar a combatir las estrías. En un estudio, el tratamiento redujo la longitud de las estrías en un 14 por ciento y el ancho, en un 8 por ciento. En otro estudio, el tratamiento redujo el largo en un 20 por ciento.
Sin embargo, no hay muy buena información acerca de cómo se absorbe la medicación o si se expulsa en la leche materna, ni qué efecto podría tener en tu bebé, por lo que se debe evitar durante la lactancia.
Otra opción es el tratamiento con láser si deseas que mejore la apariencia de las estrías después del parto. De acuerdo con la Sociedad Estadounidense de Cirugía Dermatológica, un cirujano puede utilizar distintos tipos de láser según el color de las estrías. Existe un tipo que reduce el color de las estrías oscuras y otro que estimula la producción de células de pigmentación en estrías que ya han perdido color. Hay un nuevo tipo de tratamiento con láser que puede utilizarse para estimular la producción de colágeno y ayudar a recuperar la elasticidad de la piel en estrías hundidas.
Es muy probable que tu plan de seguro médico no cubra estos tratamientos estéticos. Por lo tanto, si eliges esta opción, seguramente tendrás que pagar de tu bolsillo la consulta y cualquier tratamiento que realices.
Nota de la editora: la isotretinoina puede causar defectos de nacimiento, así que es muy importante que no uses cremas con este componente durante el embarazo.
No empieces a hacer dieta de inmediato
Tu cuerpo necesita tiempo para recuperarse del parto y el alumbramiento. Espera hasta el control posparto de la sexta semana antes de comenzar a cuidar tu consumo de calorías y de tratar activamente de adelgazar. Y si estás amamantando, espera aproximadamente unos dos meses.
Empezar a hacer dieta demasiado pronto después de dar a luz puede interferir con tu recuperación y ocasionarte un mayor cansancio, justamente cuando tú necesitas toda la energía que puedas para cuidar de tu recién nacido. Si estás amamantando, seguir una dieta podría afectar la producción de leche.
Si eres paciente y le das a tu cuerpo el tiempo que necesita para recuperarse, posiblemente termines sorprendiéndote por la cantidad de peso que irás perdiendo naturalmente, en especial si estás amamantando.
Sé realista
Ten en cuenta que quizás no recuperes la forma o el peso que tenías antes del embarazo. A muchas mujeres, el embarazo les produce cambios permanentes, como por ejemplo un vientre más blando, y caderas y cintura más anchas. No te atormentes: es mucho más importante que seas una mamá saludable y feliz, a que te quede una talla en particular.
No te olvides del ejercicio
No existe una "píldora mágica" que te ayude a bajar de peso: una dieta saludable combinada con actividad física practicada de forma regular, es la mejor manera de quitarte esos kilos de más, y de no volver a engordar. Y es importante hacer ejercicio mientras tratas de bajar de peso para tener la certeza de que estás perdiendo grasa y no masa muscular.
Una vez que estés preparada para comenzar a bajar de peso, empieza por comer un poco menos y estar más activa, aunque sólo des un paseo rápido por la manzana donde vives llevando a tu bebé en la carreola (cochecito).
Averigua cómo hacer ejercicio mientras paseas a tu bebé en una carreola y si tu cuerpo está preparado para hacer ejercicio.
Pierde peso lentamente
Es muy importante que no te pongas a hacer una dieta estricta: las mujeres necesitan un mínimo de 1.200 calorías diarias para permanecer saludables. Y la mayoría de las mujeres necesitan mucho más que eso —entre 1.800 y 2.200 calorías diarias— para que no decaiga su energía y evitar cambios de humor.
Si estás dando pecho, necesitarás un mínimo de 1.800 calorías al día (la mayoría de las mamás que amamantan necesitan entre 2.000 a 2.700 calorías al día).
Si estás amamantando, tienes que asegurarte que tomarás las cosas con calma. Recuerda que perder peso muy rápido puede impactar de manera negativa tu producción de leche. El bajar de peso demasiado rápido además libera toxinas que están almacenadas en tu tejido graso (como bifeniles policlorinados o PCBs y pesticidas), y que pasan a tu torrente sanguíneo y a tu leche.
Perder aproximadamente una libra (medio kilo) por semana se considera seguro y además no afectará tu producción de leche. Para lograr perder esa cantidad, necesitas eliminar 500 calorías diarias (pero tienes que respetar la cantidad mínima), ya sea comiendo menos o haciendo más actividad.
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